Actividades de apertura:
I.- De manera individual
leer el siguiente texto ¨La Historia de Demóstenes¨, y contesta las preguntas que vienen al final
del mismo.
La historia de Demóstenes
El joven Demóstenes soñaba
con ser un gran orador, sin embargo este propósito parecía una locura desde
todo punto de vista.
Su trabajo era humilde y de extenuantes horas
a la intemperie. No tenía dinero para pagar a sus maestros, ni ningún tipo de
conocimientos. Además tenía otra gran limitación: era tartamudo.
Demóstenes
sabía que la persistencia y la tenacidad
hacen milagros y, cultivando estas virtudes, pudo asistir a los
discursos de los oradores y filósofos más prominentes de la época. Incluso tuvo
la oportunidad de ver al mismísimo Platón exponer sus teorías.
Ansioso
por empezar, no perdió tiempo en preparar su primer discurso. Su entusiasmo
duró poco: la presentación fue un desastre. Fue un gran fracaso. A la tercera
frase fue interrumpido por los gritos de protesta de la audiencia:
-¿Para
qué nos repite diez veces la misma frase?- dijo un hombre, y estallaron las
carcajadas del público.
-¡Hable
más alto!-exclamó otro- No se escucha, ¡ponga el aire en sus pulmones y no en
su cerebro!
Las
burlas acentuaron el nerviosismo y el tartamudeo de Demóstenes, quién se retiró
entre los abucheos sin siquiera terminar su discurso.
Cualquier
otra persona hubiera olvidado sus sueños para siempre. Fueron muchos los que le
aconsejaron – y muchos otros los que lo humillaron, para que desistiera de tan
absurdo propósito.
En
vez de sentirse desanimado, Demóstenes tomaba esas afirmaciones como un
desafío, como un juego que él quería ganar. Usaba la frustración para
agrandarse, para llenarse de fuerza, para mirar más lejos. Sabía que los
premios de la vida eran para quienes tenían la paciencia y persistencia de
saber crecer.
-Tengo
que trabajar en mi estilo- se decía a sí mismo.
Así
fue que se embarcó en la aventura de hacer todo lo necesario para superar las
adversas circunstancias que lo rodeaban.
Se
afeitó la cabeza, para así resistir la tentación de salir a las calles. De este
modo, día a día, se aislaba hasta el amanecer practicando. En los atardeceres
corría por las playas, gritándole al sol con todas sus fuerzas, para así
ejercitar sus pulmones. Más entrada la
noche, se llenaba la boca con piedra y se ponía un cuchillo afilado entre los
dientes para forzarse a hablar sin tartamudear. Al regresar a la casa se paraba
durante horas frente a un espejo para mejorar su postura y sus gestos.
Así pasaron meses y años, antes de que
reapareciera de nuevo ante la asamblea defendiendo con éxito a un fabricante de
lámparas, a quien sus ingratos hijos querían arrebatarle su patrimonio. En esta
ocasión la seguridad, la elocuencia y la sabiduría de Demóstenes fueron
ovacionadas por el público hasta el cansancio. Demóstenes fue posteriormente
elegido como embajador de la ciudad.
Su persistencia convirtió las piedras del
camino en las rocas sobre las cuales levantó sus sueños.
Fuente:
Eric de la Parra y María del Carmen Madero, Actitudes para triunfar, México,
Panorama, 2005.
1.- ¿Cuál era problema de comunicación de
Demóstenes?
2.- ¿Han experimentado problemas al
comunicarse? ¿Qué tipos de problemas?
3.- Establece semejanzas entre tu situación para comunicarte y la forma como
puedes utilizar el método creado por Demóstenes.
II.-
Importancia del lenguaje verbal para una comunicación eficiente.
1.- Observa la siguiente ilustración y escribe qué
pudo haber pasado a este hombre. Crea diálogos de los tal vez sucedió e
intégralos al dibujo. Y contesta la pregunta que aparece en la imagen.
2.-
A partir del mismo dibujo, completa el siguiente cuadro comparativo utilizando
la técnica qué veo, qué no veo y que infiero. Considera lo siguiente para cada
aspecto:
·
Veo lo que se ve, observa y reconoce del tema
·
No veo: no ésta en el tema, pero puede estar
contenido.
·
Infiero: aquello que deduzco del tema.
¿Qué veo?
|
¿Qué no veo?
|
¿Qué infiero?
|
|
|
|
3.-
Responde: ¿Te parece que una imagen es suficiente para comunicarnos
adecuadamente, para dar el mensaje preciso?